Supermercado

Llegué al supermercado con Alex pisandome los talones y eso que habia empezado a correr antes que él.

-Bueno ya estamos, veamos¿coges un carrito o prefieres que lo lleve yo?-le pregunté haciendole una mueca, sabía que no le gustaba llevar el carro pero era una forma de hacerle rabiar.

Llego al suprmercado con un aspecto impecable a pesar de que volvia de caza, entro y me viene una peste a chucho enorme, decidi ignorar el olor e ir directa a la zona de belleza ...

Día 2
Llueve en todo Estados Unidos, fuertes vientos.

Volvi al super al dia siguiente ... no escogi el champú correcto.

De nuevo me viene el olor a perro.

De prontó noté que un olor dulzón se extendía por todo el supermercado eso solo podía significar una cosa, un chupasangres!!! Me puse en alerta y me dirigí hacia las cajas para pagar la compra. Cuando giré en uno de los pasillos casi choqué con una chica rubia que estaba escogiendo un champú.

-Ups! Perdona-exclamé antes de darme cuenta que el olor dulzón provenia de ella.

La mire con cara de pocos amigos.

- Procura mirar por donde andas.

No te preocupes-le contesté mostrándole los dientes y gruñendo por lo bajo-La próxima vez en vez de parar continuaré para ver si te embisto.

La miré con cara de pocos amigos.-Podrías perfumarte un poco no querida???? Con esa peste que tienes disminuyes tu belleza-le espeté socarronamente al darme cuenta que era muy presumida.

Umh, lo siento, realmente siento que seas rubia porque ya sabes el dicho.......... o no? Bueno puede que no-me reí y lanzándole un frasco de colonia-Anda, perfúmate que apestas!!!!!!

Paré el frasco.

- Tal vez a ti te de igual ser un mono de circo pero a mi no ... -Dije al notar que los que pasaban cerca nos miraban.

Un mono de circo?-le pregunté-Eso es todo lo que se te ocurre?

La miré fijamente, la verdad es que era muy guapa para ser una chupasangres pero era demasiado presuntuosa, puede que si no lo fuera tanto pudieramos llegar a ser amigas salvando, obviamente, la diferencia de la enemistad tan antiguamente arraigada entre los licántropos y los vampiros. Seth lo había conseguido, era amigo de ese tal Edward Cullen, tal vez debería seguir su ejemplo.

Mira-le susurré-no quiero montar una escena, hay demasiados "observadores"-dirigí la vista hacia las personas que nos rodeaban, todo el supermercado nos miraba.

-Puede que otro día continuemos esta "agradable" conversación, a menos que quieras salir conmigo del supermercado claro-dije con una sonrisa pícara en la cara.

De acuerdo-contesté mientras me dirigía hacia las cajas. Pagué la ocmpra y salí del supermercado con la chupasangres pisándome los talones. Fuera del establecimiento me volví hacia ella.
Espero que no pienses que te necesito-la verdad es que su cara reflejaba precisamente eso-sólo quiero ver si soy capaz de soportar el tener a una chupasangres como tu tan cerca y no matarte.

- Yo idem.

Nos quedamos mirándonos mutuamente como si quisiesemos medir nuestras fuerzas en caso de una posible lucha. Tras un par de minutos decidí presentarme-Por cierto, me llamo Eli.

Uhm..........supongo que no querrás que te diga que encantada no??? La verdad es que eres bastante estirada, puede que si te preocuparas menos de tu aspecto y más de tu caracter ganarías mucho-le sugerí sonriendo mientras me apoyaba en un coche cercano y dejaba las bolsas de la compra en el suelo.


^{Dime algo chiquilla}

soy natural como la vida misma, me gusto tal y como soy tanto física como psíquicamente no busco la aprobación de los demás-sonreí sin disimulo-Pero me parece que tu no puedes decir lo mismo-me reí

Me reí con ganas.-¿De verdad te crees lo que dices?-le pregunté-Porque si es así siento decepcionarte pero yo no te amo

La miré asombrada, realmente se creía lo que decía. Yo una licántropa convencida y, a mi pesar, asesina amar a una chupasangres presumida y presuntuosa??????? Me reí sin poder remediarlo y cuanto más la miraba más me reía yo y más se enfadaba ella.
La gente de alrededor se quedaba mirándonos, debía resultar chocante ver a una chica blanca como el papel, rubia, alta y con los ojos dorados junto a una chica morena, de pelo negro, bajita y ojos negros; una muy seria, casi enfadada y la otra desternillándose de risa. Intenté ponerme seria, pero aún así se me escapaba la risa.

-Bueno, Rosalie, voy a herir tu ego que creo que es algo que deberían haber hecho hace mucho tiempo;-sonreí de medio lado, lo que pensaba decirla no le iba a sentarla nada bien- por muy hermosa que seas, al principio puede que la gente se acerque a ti pero al final lo que cuenta es la actitud y la tuya deja mucho que desear, asi que piénsatelo dos veces antes de abrir la boca y soltar lo que piensas porque sino nunca tendrás gente que te aprecie por como realmente eres, así jamás tendrás amigos de verdad...-me callé para ver el efecto de mis palabras, su rostro permanecía imperturbable. Miré sus manos, en ellas no había anillo ninguno por lo que decidí atacar por ahí, quería ver si pensaba reaccionar; si era posible romper sus barreras y así averiguar cómo era realmente- Si continúas actuando de esa forma, a tu alrededor solo tendrás gente que necesite de tu dinero o protección; y así por mucha belleza que tengas jamás conseguirás un hombre que te quiera por ti misma, que quiera cuidarte, dar su vida por ti, o simplemente pasar la eternidad juntos.

Le había soltado un buen sermón pero no sabía si había hecho el efecto deseado. Volví a apoyarme en el coche y la miré, mientras asimilaba mis palabras.