La cocina Cullen

No la utilizan, pero seguro que cocinan bien

Entro en la cocina y voy directo a la nevera. Por mucho que lo he intentado soy incapaz de renunciar a la sangre humana. Hace mucho que no muerdo a nadie y he aprendido a alimentarme solo de las bolsas que compra Carlisle.
Cojo una de las bolsas y la muerdo para llenar mi boca de la deliciosa sangre que contiene. Mmmm, deliciosa...

Lo miro beber sangre.

- no se bebe directamente de la bolsa ... es de mala educacion

Me encojo de hombros aun bebiendo de la bolsa. Cuando se termina me limpio con la manga de la sudadera.

- Así nadie tiene que fregar los vasos. Es más práctico.

Lo observo con el ceño fruncido.

- ¿Y que explciacion le das a lo de limpairte con tu sudadera?

Me miro la manga manchada y miro a Rose.

- Tengo el armario lleno de ropa, que más da una sudadera más o una sudadera menos.

Me rio.

- Si, claro, no tengo bastante con repetir curso una y otra vez y otra y otra y otra.

Abro la nevera y cojo otra bolsita. Me siento en la encimera.

- Tu necesitas un novio.

- No hay ningun vampiro lo suficiente hermoso para mi

- Pues te buscas a uno humano y le conviertes - sonrio como si nada.

- Pero si esto es genial, le harías un favor. Eso si, deberías escogerlo fuera de edad escolar. Lo del instituto es un tostón.

- A mi me privaste.

- Eso no lo sabes.

Tomo un nuevo sorbo sin dejar de mirarla.

- Pero los milagros existen.

- Nah, ya no.

Me levanto cuando se me termina la sangre de la bolsa y tiro las dos vacías al cubo de la basura.

- Quieres una bolsa? No se lo diré a nadie - sonrio.

Lo miré llena de orgullo.

- No pienso tomar nunca sangre humana.

Me encojo de hombros.

- Más para mi.

Lo miré con asco.